El Ikebana es el arte japonés de arreglo floral, pero es también una forma de comunicarse con la naturaleza, sin palabras, a través de ramas, semillas, flores, frutos…
¿Qué es y de dónde proviene el Ikebana?
En primer lugar, y para entenderlo bien, deberías conocer los orígenes del Ikebana. Se dice que este arte nació de la costumbre de entregar a Buda ofrendas florales.
Con estas ofrendas se pretendía establecer una comunicación con Buda. De manera que se aprovechaba la naturaleza como canal de comunicación con un ser superior.
A partir de ahí, y dada la belleza y complejidad de este arte floral, el Ikebana ha pasado a ser un arte decorativo reconocido y seguido a nivel mundial. Pero no solo por el componente religioso, sino por su simbología estética y su belleza natural.
Actualmente, muchos países de occidente, especialmente de Europa y América, sienten devoción por esta forma artística de expresión, y son muchas las personas que siguen sus teorías y se introducen en él.
Ikebana: Por dónde empiezo
El concepto básico del Ikebana consiste en la composición de tres elementos en diferentes alturas y espacio. Esto se basa en lo que se conoce como el ‘Principio de Tres’, un concepto que tiene su origen en el Budismo.
Según el budismo, ese principio de tres tiene un significado cósmico. Aplicado a los arreglos florales del Ikebana, de la armonía y el equilibrio de estas tres alturas depende la belleza del conjunto.
Ikebana: Color, formas, textura y línea
Pero que el resultado sea bello y digno de llamarse Ikebana también depende del diseño. Para ello, hay que tener en cuenta elementos como el color, las formas, las texturas y las líneas que dibuja nuestro arreglo.
El conjunto final siempre tiene que destacar por su simplicidad y armonía. En cuanto al color y la forma, lo más importante será escoger las ramas y flores más adecuadas, cuya combinación de colores y formas sea armoniosa.
En cuanto a la textura, también la determinan los materiales que uses en el arreglo. Por último, la línea se expresa mediante la disposición de todos los elementos.
Al ser composiciones naturales, los arreglos elaborados son siempre únicos y efímeros. Este hecho convierte también el Ikebana en un acto de reflexión sobre el paso del tiempo.
El efecto del Ikebana sobre las personas que viven en la casa
Sin duda, la presencia de flores en casa transforma un ambiente y afecta a las personas que viven en ella. Las flores y plantas dan vitalidad, tanto a las personas como a la atmósfera que las rodea. Además, siempre son tendencia en decoración.
Por ello, convivir con flores, además de acercarnos a la naturaleza, nos aporta vitalidad. Y el Ikebana es una buena manera de estar en contacto continuo con la naturaleza y con uno mismo, además de ser una técnica que fomenta la relajación.
Un poco más sobre el Principio de Tres
Según una de las teorías del Ikebana, los tres principios son:
– Zen (cielo). Este es el ramo más alto del arreglo.
– Jin (hombre). Está en el ramo medio.
– Tchi (tierra). Se sitúa en el ramo más bajo.
Así, según esta filosofía, el hombre está situado entre el cielo y la tierra, recibiendo alimento espiritual del cielo y siendo las raíces su soporte con la tierra.
Pero este principio se puede interpretar de otras formas. Otra versión considera, por ejemplo, que el tres corresponde al Sol, la Luna y la Tierra, fuentes de energía que garantizan la vida.
Si te ha parecido interesante el arte del Ikebana y te gustaría profundizar y saber más sobre él, «The Art of Arranging Flowers» es una guía muy completa que te servirá de ayuda.
Si te gustan las plantas y la jardinería, no dudes en leer más artículos de nuestro blog, como por ejemplo cómo Plantar un huerto urbano en casa.